Cuando alguien es agresivo hacia nosotros no nos está mostrando la mejor versión de su persona y nuestro primer instinto es responder a esa agresión.

Hace unos meses tenía que tomar un vuelo de regreso por Volaris. El vuelo era el último de la noche y fue cancelado por mal clima. Al atenderme, pude notar a la sobrecargo visiblemente enfadada; había tenido que lidiar con clientes groseros y eso lo estaba reflejando en su trato hacia mi.

Ante su poca amabilidad mi respuesta fue regresarle una sonrisa e indicarle que era una situación que no podemos controlar, ante esto ella asintió y me asignó un buen asiento en el vuelo de regreso.

Si mi respuesta hubiera sido el escalar su agresividad, probablemente hubiéramos llegado al mismo sitio, perdiendo mi tiempo y el suyo y ambos pasando un mal rato en una situación ya de por si bastante desagradable.

Nuestro instinto natural nos indica que debemos escalar la agresión, nuestro razonamiento debe entrar en funciones y des-escalar esta situación.

No es necesario estar de acuerdo con lo que la otra persona está diciendo. Es difícil estar molesto con alguien que no está molesto contigo.