Nuestra atención es lo más valioso que tenemos. Es el producto que hoy codician miles de influencers alrededor del mundo — algunos incluso más que al dinero. Las marcas tienen razón en perseguirla. Una influencia poderosa es capaz de cambiar a una persona. Y una persona tiene el poder de influenciar a una nación. Recordemos el caso de personajes altamente influyentes como Hitler o Martin Luther King.
Pero hoy quiero hablares sobre la influencia a un nivel mucho más nuclear y desde un punto de vista que no se discute seguido — el del influenciado, ósea nosotros. ¿Qué pasa con las personas que consumimos el contenido que otros generan? No hablo necesariamente de la influencia digital. A lo largo de nuestra vida somos influenciados primero por nuestra familia, amigos y las personas con las que convivimos todos los días. Nuestros primeros influencers son aquellas personas en las que confiamos y que mas fácilmente cambian — para bien o mal — nuestras decisiones. De la misma manera nosotros influimos en las de ellos.
Nuestra personalidad; así como salud física y mental y todo aquello que nos define, es una combinación de genética y experiencias previas. Experiencias que se van acumulando partir de las personas o situaciones que nos van ocurriendo con el paso de los años. Si por ejemplo, alguna vez le prestaste a dinero un amigo y nunca te lo devolvió, es probable que no vuelvas a prestarle dinero a nadie en el futuro. Ese amigo fue un influencer sobre las decisiones subsecuentes en tu vida.
En algún momento descubrí que estaba siendo influenciado a todas horas y en todos los aspectos de mi vida. Aún sin darme cuenta mis decisiones iban cambiando a medida que mis intereses y las personas a mi alrededor se iban transformando también. Así empecé una búsqueda intencional por “inspiración” en otros lugares como: personas, libros, comunidades, etc...
Lo que sucedió fue que comencé absorber todo lo que fuera diferente a lo que estaba acostumbrado. Esto abrió mi perspectiva, y sí, me enseño que hay muchos mundos más allá de mi forma de ver la vida. Pero también encontré influencias tan negativas que me hicieron ver las bondades de mis primeros influencers.
A partir de este aprendizaje he ido formando mi modelo mental para la toma de decisiones — y elección de mis influencers — que les comparto a continuación. Este se basa en 3 pilares: curiosidad, elección y responsabilidad. Creo que le puede servir a más de uno a la hora de elegir.
Mantén siempre la curiosidad encendida
La curiosidad es como un músculo; entre más la ejercitemos mayor será. No te cierres a que algo o alguien no es para ti simplemente porque no lo conoces. Esto no quiere decir que todo lo que no conocemos es bueno para nosotros. Simplemente significa no tratar de imponer nuestra ideología y hay estar abiertos a otros puntos de vista.
Hay mucha vida, sabores y experiencias detrás de aquellas puertas que nunca exploramos simplemente porque no nos son “familiares”.
¡Procura no meter los dos pies al mismo tiempo en aguas desconocidas!
Crea tu propia visión de hacia donde quieres llegar.
Tener una visión no quiere decir que esta deba ser estática o necesariamente vaya a cumplirse. La vida te va llevando entre un mar de oportunidades y desconciertos. La incertidumbre es una parte inherente de la misma; sin embargo tener un plan ayuda a navegar entre las miles de opiniones y puntos de vista distintos que vas encontrando para elegir aquellos que te acercan más a tu visión.
Cuando tienes una visión clara es probable que encuentres un nicho de personas afines que estarán más que felices de compartirte sus opiniones, experiencias y eventos de interés mutuo de aquel campo quieres conocer mejor. Todo es cuestión de buscar a una “tribu” que comparta nuestra forma de ver el mundo.
Asume la responsabilidad completa de lo que consumes -y produces-
Nosotros no elegimos nacer pobres, enfermos, ganar la lotería ni muchas de las situaciones que nos van a suceder. Lo que sí podemos elegir es el contenido que consumimos y de quién consumirlo.
- ¿A quién escuchamos más frecuentemente?
- ¿A quién seguimos en nuestras redes sociales?
- ¿Quiénes son mis ídolos?
Si no tienes una respuesta clara a estas preguntas es probable que estos cambien constantemente y te veas influenciado por tendencias y no generes una identidad clara. La constancia sobre el consumo de este mismo contenido va formando nuestros pensamientos, decisiones, después tus hábitos y finalmente rige el cómo llevamos la vida.
Es fácil culpar a nuestras circunstancias de aquello que no nos gusta de nosotros mismos. Cómo drogarme solamente porque crecí con amigos que lo hacen; tener un sobrepeso excesivo porque nací en una familia donde la alimentación sana y el deporte no son prioridad; o acumular años en el mismo trabajo o relación que odio porqué así me enseñaron que se hacen las cosas. Solamente nosotros mismos somos responsable de cuidar lo que consumimos y realizar cambios — por más drásticos que sean — cuando se requieren.
No necesariamente lo más accesible es lo más sano y el que una persona te quiera no asegura que sepan lo que es mejor para nosotros Debemos cuidar el contenido que consumimos y posteriormente el que generamos, nunca sabemos quién está prestando atención.
TL; DR;
Sobre nuestra genética y experiencias previas no podemos hacer nada. Demos aceptarlas y aprender de ellas; sin embargo todos los días tenemos la oportunidad de girar el rumbo y elegir a las personas que convivimos; con las que trabajos y creamos; así como aquellas que amamos. La elección cuidadosa de estas personas definirá en gran medida la persona que seremos. Así que elígelas sabiamente.
Este artículo está inspirado y dedicado a todas las personas que me han inspirado e influenciado para convertirme en la persona que soy hoy. Y que me seguirán inspirando y harán de mi la persona que seré mañana.